Cuando en los años cuarenta se pusieron a funcionar las primeras computadoras
(esos roperos de metal, llenos de bulbos) se les llamó “cerebros electrónicos”,
ya que podían hacer sumas. Esto hizo imaginar a muchos: “Mañana las máquinas
conversarán con nosotros”. Y entonces el cine, los dibujos animados y la
televisión se poblaron de robots “inteligentísimos” —aunque de movimientos algo
torpes— que acompañaban a los humanos en toda clase de mundos. Mientras los
alumnos de cibernética seguían perforando tarjetas, en el cine la computadora
HAL se ponía paranoica y tomaba la decisión de asesinar a los astronautas de la
película 2001, Odisea del Espacio
¿A nuestra imagen y semejanza ?
La palabra robot, acuñada en 1921 por el escritor checo Karel Capek, ya
ha dejado de ser sinónimo de androides metálicos que van moviendo sus brazos
como tentáculos, mientras avanzan sobre sus rueditas por el planeta de las
Amazonas Sicodélicas. Los robots serán parte de nuestra vida cotidiana.
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